Todo material, sustancia, objeto o bien desechado resultante de las actividades humanas en la sociedad es un residuo sólido. Una forma de reducir el volumen y dar un tratamiento adecuado a los residuos generados es mediante la creación de la Gestión de Residuos Sólidos.

En ella, la prioridad será siempre la no generación de residuos, seguida de su reducción, reutilización, reciclaje, tratamiento y, como último recurso, su destino final ambientalmente adecuado. 

La última etapa mencionada, la eliminación final, se refiere a los vertederos industriales se refiere a los vertederos industriales, donde se envían los residuos sólidos producidos por las empresas. Aunque reducen el impacto medioambiental, estos lugares sólo deben utilizarse cuando se hayan agotado todas las posibilidades de tratamiento y recuperación disponibles.

Priorización en la gestión según la Política Nacional de Residuos Sólidos

Para reutilizar sus residuos sólidos y aumentar el ciclo de vida entre los materiales, Brandili envía cada año 600 toneladas de residuos textiles a empresas asociadas que producen hilo triturado y reciclado, que puede utilizarse en tapicería, procesos artesanales y en la producción de hilo.

A través de una cadena de producción integrada y de iniciativas centradas en la preservación de los recursos y la reducción del impacto medioambiental, Brandili garantiza el reciclaje de los residuos textiles generados por sus más de 30 subcontratistas, responsables de la fabricación de gran parte de sus productos. 

El proceso de reciclaje de residuos textiles se compone de las etapas de clasificación, corte, desfibrado y enfardado o embolsado. 

El material desfibrado tiene diversas aplicaciones, como el relleno de peluches y almohadas, revestimientos acústicos, mantas, mantas térmicas, geotextiles, fieltros, filtros, hilos y cuerdas recicladas.

Hilo fibroso y ecológico fabricado a partir de residuos textiles

Practicar acciones que redunden en la preservación del medio ambiente forma parte de la cultura de Brandili. Así, a través de las iniciativas de responsabilidad socioambiental, se puede contribuir a la concienciación de otras empresas (especialmente subcontratistas, proveedores y clientes) y también de las personas (empleados y comunidad) sobre la importancia del uso racional de los recursos y la reducción de la generación de residuos en toda la cadena de producción.